No tenía previsto escribir newsletter esta semana, pero el acuerdo al que ha llegado LaLiga con CVC justifica plenamente dedicarle unas líneas para intentar desgranar lo que sabemos por el momento y el impacto que puede llegar a tener en nuestra industria. Quería haberla enviado a las 10, como siempre, pero me ha tocado reescribir muchos de los párrafos a medida que tenía más información 😅
Ante todo, explicaros que solo han pasado poco más de 48 horas desde el anuncio oficial por lo que aún hay muchos interrogantes que resolver. Aunque he hecho de periodista de investigación y consultado a varias fuentes de la industria, seguro que en los próximos días surgen más detalles que aclaran el panorama y que analizaremos en la newsletter de la semana que viene. Así que posiblemente me toque retractarme de alguna de las cosas que leeréis hoy o ponerme una medalla por haber acertado con la bola de cristal 😀
¿Empezamos?
El miércoles 4 de agosto nos despertábamos con la noticia en The New York Times [requiere registro o suscripción] en la que se anunciaba que LaLiga había llegado a un acuerdo para conseguir 3 billones (3.000 millones) de dólares de CVC Capital Partners. Pronto, el resto de medios especializados se hacían eco de la información y la propia Liga salía al paso publicándolo en su web.
El acuerdo
Pues se me hace complicado explicaros el acuerdo porque según la fuente de la que bebas se explica un esquema u otro. Inicialmente, con la información publicada por LaLiga entendía que CVC tomaría una participación de un 11% (aproximadamente) en una sociedad de la patronal del fútbol español valorada en 24.250 millones donde estarían incluidos todos los activos de negocio (derechos de TV, patrocinios, licencias, etc), joint ventures y filiales.
Sin embargo, en una entrevista de hoy mismo a Ángel Haro, presidente del Betis y que parece que ha estado involucrado en la negociación, se explica que CVC toma un 10% de una sociedad (“negocios de patrocinio, escuelas, explotación...”) de LaLiga por 100 millones y que los restantes 2.600 millones vienen de una cuenta en participación sobre los derechos audiovisuales. Aunque el resultado es parecido (LaLiga recibirá unos 2.700 millones de CVC) las implicaciones de un modelo u otro son muy diferentes. Para el análisis, me quedaré con esta versión de Ángel Haro, que hace que todo lo que he leído y hablado tenga más sentido.
Sea como sea, fruto del acuerdo, LaLiga recibirá esos 2.700 millones, y repartirá 2.600 entre los clubes de Primera y Segunda (y fútbol femenino, no profesional, CSD, etc) con el objetivo de que resuelvan las deudas a corto plazo y tengan herramientas para crear un modelo de desarrollo sostenible y robusto en el largo plazo.
No se especifica ni los tiempos, ni las cantidades del reparto de los fondos entre los clubes, aunque algunas voces autorizadas hablan de que se basará en un esquema que tiene que ver con ingresos de los derechos de TV. En 2Playbook han hecho el ejercicio de cuanto correspondería a cada club basándose en esa premisa.
Eso sí, los clubes tendrán que devolver a LaLiga esos préstamos en unas condiciones ventajosas: 50 años a un 0% de interés. Por poner cifras, si el FCBarcelona recibe 270 millones, tendrá que pagar 5,4 millones cada temporada, aunque quizás haya periodos de carencia, pero tampoco se sabe con seguridad.
Lo que sí sabemos es que los clubes deben presentar a LaLiga un plan de desarrollo para acceder a esos fondos y que los tienen que invertir en unos determinados porcentajes: hasta un 70% para infraestructuras, desarrollo internacional, desarrollo de marca, comunicación y generación de contenidos en plataformas digitales y redes sociales, un 15% para inscripción de jugadores y el restante 15% para deuda financiera.
Faltaría por explicar el punto clave: saber de dónde espera obtener CVC la rentabilidad en este acuerdo. Por un lado, está claro que los clubes tienen que devolver los 2.600 millones a CVC, ya sea de forma directa o descontándoselos de los pagos que les corresponden por los derechos de TV. Pero además de eso, una cuenta en participación implica que te presto dinero para que tu negocio crezca y yo obtenga unos beneficios, así que CVC recibirá cada año un porcentaje de los ingresos que LaLiga obtenga de los derechos de TV. ¿Cuál ese porcentaje? Lo desconozco, pero parece que ahí está la pelea porque, en definitiva, ese porcentaje es la clave que permite discernir si este es un buen acuerdo o es malo (o regular).
Y por otro lado, está la participación que CVC tiene en la sociedad creada con LaLiga. CVC presionará de algún modo para que esa sociedad crezca, valga más y en unos años, venderla a un tercero (o que la recompre LaLiga) para obtener plusvalías para sus inversores.
Como os anticipaba al inicio de la newsletter, muchos de los detalles de la operación entre LaLiga y CVC aún no se han hecho públicos. No olvidéis que CVC ya intentó algo parecido con la Bundesliga y la Serie A y en ambos casos el acuerdo no se pudo llevar a cabo porque varios clubes se negaron. En España, y mientras escribo estas líneas, Real Madrid, ya ha anunciado que el acuerdo es ilegal porque consideran que LaLiga se está apropiando de su patrimonio sin su aprobación. Y el Barcelona, curiosamente, ha comunicado que no podrá contar con Messi para esta temporada. Veremos en qué queda todo.
Mi opinión
Es difícil hacer una valoración global sin conocer todos los detalles y cómo influyen en una relación a 50 años. Los que me lleváis tiempo leyendo ya sabéis que mi visión coincide con LaLiga en que el fútbol español necesita modernizarse en muchos aspectos. Ahora competimos con otros sectores del entretenimiento muy avanzados en tecnología, data, marca y desarrollo internacional. Netflix o Instagram conocen nuestros gustos mejor que nosotros mismos, Facebook es utilizado por más de un tercio de la población mundial y Amazon presta diferentes servicios en casi todo el mundo con un excelente nivel de calidad y los productos de Apple un símbolo de status social. Esa es la competencia actual y el deporte debe luchar por no quedarse atrás. Hasta hace poco la ventaja competitiva de ser capaces de congregar inmensas audiencias con el directo era suficiente, pero ahora hay que luchar por la atención del fan todos los días de la semana y a todas horas. Por eso, me parece muy inteligente que el acuerdo obligue a que los clubes dedique un 70% del dinero que van a recibir a desarrollar áreas de negocio pensando en el largo plazo: digitalizarse, infraestructuras, internacionalización, contenidos, etc y tratar de convertir a LaLiga en un referente del entretenimiento digital.
Pero no se olvidan del corto plazo, ya que el 15% de lo recibido podrá ir para deuda y otro tanto para inscripción de jugadores, lo que ayuda a solventar un problema puntual tras la pandemia y hará que los gestores suspiren aliviados por poder resolverlo (casi) de un plumazo. Sin esa espada de Damocles, no habrá excusa para no dedicar su tiempo y esfuerzos en desarrollar sus clubes para que cada vez generen más negocio.
El movimiento es arriesgado, porque lo que muchos habrían querido es dedicar los 2.700 millones de euros a fichajes y atraer a todos los grandes jugadores del mundo a nuestra liga. Desde mi punto de vista, eso solo habría contribuido a viciar aún más un modelo que está roto y tiene un futuro incierto.
Por suerte, es obligatorio que los clubes presenten un plan de desarrollo, que LaLiga tiene que aprobar, para obtener los fondos, por lo que cada uno podrá especificar sus prioridades. Lo más probable es que la mayoría gaste una gran parte del dinero en infraestructuras, ya sea para mejorar su estadio o su ciudad deportiva. Mi gran duda es qué porcentaje y cómo van a acometer el resto de obligaciones, como el desarrollo internacional o la generación de contenidos. Creo firmemente que veremos como los clubes van creando sus estudios de producción de contenidos, como ya han hecho hace tiempo Real Madrid, FC Barcelona o recientemente el Atlético de Madrid, y que los dotarán de los recursos, tanto humanos como técnicos, necesarios para poder generar más y mejores contenidos. También, eso espero, ahora no les temblará el pulso para contratar un CRM en condiciones que les permita saber el comportamiento de sus fans y, ojalá, empiecen a abrir oficinas en mercados estratégicos como Estados Unidos o China. También espero que ejemplos como el del Valencia, Real Sociedad o Celta de Vigo, que han creado sus hubs de innovación se extienda por el resto de clubes.
Lo mejor de todo, como indica LaLiga en su nota, es que se necesitará contratar más talento para gestionar todas estas iniciativas. Sin duda, la inversión más barata, pero más rentable y que genera mayor impacto. Si se hace bien, claro.
También habrá que despejar otra incógnita relativa a las necesidades de cada club, porque no es lo mismo la situación del Atlético de Madrid, con una reciente ampliación de capital y un estadio nuevo, que la del Madrid o el Valencia. Dudo que ningún club pida menos dinero del que le corresponde, pero hay que justificar todas las inversiones y no se permitirá pedir fondos para mejorar el estadio y finalmente dedicarlos a fichar jugadores. Es este término, el control de LaLiga va a ser muy importante.
Más presión
Un punto importante es saber el papel que juega CVC en el día a día y su capacidad para ejercer presión por incrementar los ingresos. No olvidemos lo que comentaba al principio y es que, el objetivo de CVC es generar un alto beneficio a sus inversores. Los derechos de televisión están tocando techo y como decía Tebas, no cree que crezcan más de un 3-4% en el próximo ciclo y es difícil predecir el fruto más allá de esos 3-4 años. Tebas ya dijo que la OTT de LaLiga jugaría un papel importante y que probablemente, en algún momento dentro de unos años, ese sería el camino para emitir los partidos oficiales. Quizás por ahí vaya la apuesta de CVC.
Personalmente, creo que la llegada de CVC va a suponer algún tipo de stress adicional para los clubes. Hasta ahora todo se decidía y justificaba entre los propios clubes y LaLiga, sin ninguna influencia externa. En muchos casos, los ingresos de televisión, abonos, taquilla y venta de jugadores bastaban para tener una cuentas saneadas en una situación normal, sin pandemia. Pero ahora las cosas pueden ser diferentes porque hay un socio que no se va a conformar con eso y pedirá un mayor esfuerzo, justificar las inversiones, ingresar más cada año, diversificar vías de ingresos, llegar a más aficionados, hacer crecer las audiencias, etc. ¿Cuánta presión podrán ejercer? No lo sé, pero se dedican a esto, así que se habrán asegurado de tener las herramientas para conseguir sus objetivos.
Adicionalmente, para los clubes esta nueva situación implica un cambio de mentalidad a nivel de gestión. Pasar de un modelo con una gran peso del corto plazo a planificar a largo no es fácil, ni rápido, como tampoco lo es gestionar la abundancia de recursos cuando no estás acostumbrado a ello. Pero bendito problema tener millones de euros para invertir. Eso sí, no me quiero imaginar la cantidad de proveedores que van a llamar a los clubes para vender sus servicios. Y ya no valdrá la excusa de que no hay dinero 😉
En resumen
Desde un punto de vista más general o estratégico y sin tener toda la información, me parece un buen acuerdo en el corto plazo porque permite solventar parte de un problema clave como son los problemas económicos tras año y medio de pandemia. Además, las inyecciones económicas lo que hacen es acelerar el desarrollo, acortando los tiempos y consiguiendo una posición de ventaja frente a otras ligas. Solucionar los problemas y tener recursos para crecer hará que podamos crear un mejor producto y competir en mejores condiciones que ligas como la alemana, francesa o la italiana. Como consecuencia, los posibles partners internacionales, patrocinadores o broadcasters confíarán más en nuestra competición, generando ingresos adicionales y retroalimentando el modelo.
Pero claro, CVC es un socio financiero y su único objetivo es la rentabilidad para sus inversores, así que la clave es conocer el peaje que deben pagar los clubes por esta asociación. Está bien que CVC no interfiera en la gestión y comercialización de los derechos de televisión o acuerdos de patrocinio, pero querrán su parte del pastel y ahí radica la diferencia entre un buen acuerdo o uno malo. En cualquier caso, estamos hablando de un acuerdo a 50 años. Cuesta pensar en una operación a tan largo plazo y seguro que las condiciones van cambiando muchas veces en este extenso periodo de tiempo.
La semana que viene sabremos más y hablaremos de ello. Mientras, os recuerdo que podéis compartir vuestra opinión en los comentarios. Es un tema que da (y dará) para mucho debate.
Hasta la semana que viene.
Años divertidos se avecinan MA 😉
Gracias Miguel Ángel. Más que interesante y útil tu resumen! 👍